martes, 25 de marzo de 2008

Me explico....


"C" es mi mejor amiga (aún, creo). La conocí hace un año en un proyecto al que había invitado a participar unos amigos, entre los cuales estaba ella. En ese tiempo ella tenía novio y yo estaba con "A", nos caímos bien desde el primer momento, como se suele decir: "congeniamos", participó activamente en el proyecto y hasta fue mi catalizador en las tirantes relaciones que tuve con algunos miembros del equipo.

"C" y "A" llegaron a congeniar bastante y hasta tuvieron una larga conversación la última vez que "A" estuvo por mi casa por una reunión con el equipo del proyecto. Nunca supe con detalle de que trató la conversación, pero entre lo que pudo traslucir fue que "A" se sentía muy dolida por nuestra separación.

"C" terminó con su novio un mes antes que "A" y yo termináramos, y fue casi por las mismas razones, ya ella me había contado del desinterés que mostraba él y yo argüí que él la estaba perdiendo, que debía de luchar por lo que a uno realmente le interesaba (aún a sabiendas que yo no hice nada por mantener a "A" a mi lado) y que no se sintiera tan mal, porque si no demostraba interés, es porque al fin de cuentas no le convenía una relación de ese tipo. "C" lo tomó a bien, y a partir de esa conversación nuestra relación de amistad se fortaleció, tanto que cuando yo terminé con "A" la primera persona a quien acudí a llorar fue a ella.

Este último verano "C" y yo hemos estado bien cerca, un par de conversaciones via Gtalk por la mañana, intercambio de correos por la tarde, llamadas por teléfono casi todas las noches, (incluyen llamadas de fijo a fijo de 40 minutos a una hora) salidas por lo menos tres veces por semana, cafés, cine, paseos, conversar, y nada! es mostro pasar rato con ella. Me agradaba bastante, me hacía sentir bien y sobre todo notaba que también ella la pasaba mostro.

Con ella aprendí la gran calidez y buena onda que encierran los abrazos, porque así eran nuestros saludos y despedidas, con abrazos, uno de los cuales, justamente, inició esto. Hace mes y medio aproximadamente, luego de una abrazo largo de despedida que termino siendo un tanto incierto, comencé a sentir algo que no esperaba; simplemente pasó, se inflitró entre mis desordenados sentimientos y luchó contra todas mis razones para hacerse un espacio, uno tan grande que caló hondo en mi, uno que terminó subyugándome. A "C" le tenía un cariño especial, como amiga y compañera de desventuras, pero ese cariño se volvió más fuerte aún, y pese a mi intención de no estar con nadie y mucho menos enamorarme, pues caí rendido, nuevamente en este juego incierto. Pero la pregunta venía luego ¿Cómo hago para decírselo? ¿Debería hacerlo?

"C" tiene pretendientes y ella los minimiza escudándose en que por ahora no quiere saber nada con nadie (se supone que igual yo), es de suponer que mi papel como gran amigo y confidente me pone en ventaja ante todos ellos, puesto que yo dispongo de "mucha información" como aseguró ella hace poco. Bueno eso hace tenga una posición ventajosa al momento de decir o dejar de decir, actuar o dejar de actuar, pues bien, el domingo pasado vi la ocasión, en un momento bastante intimista y se lo dije.

Ahora hay silencio, ya no hay charlas largas, ni conversaciones virtuales, ni llamadas de media tarde diciendo "¿vamos al cine en la noche?!!!", ya no escucho su voz a través de mi celular y tampoco veo su tan particular escritura en las ventanas del Messenger, no la veo hace dos días y me parece eterno, extraño su delgada y larga figura, su sonrisa de niña, sus ojos expresivos, su cabello alborotado. su voz pequeña y tranquila diciendome "querido!"

¿Quisiera volver atrás?, ¿a hace dos días?, no lo sé, sabía el riesgo que corría y aún así aposté, lo malo es que aposté una suma muy importante, su amistad integra y valedera, y a la vez mi modo de ver la vida cuando me enamoro: a través de sus ojos.

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