domingo, 30 de marzo de 2008

Una pequeña oración por ti

Acabo de ver esa película, de la que alguna vez nos declaramos admiradores, ¿recuerdas?

La escena más paja,



Y así como George, pese a no ser "apuesto, encantador pero gay" sólo soy tu mejor amigo porque aún lo siento, y al no poder tenerte como quisiera, sólo me queda rezar una pequeña oración por ti:

miércoles, 26 de marzo de 2008



Suena el timbre, salgo corriendo a abrir pensando ilusamente que eres tú. Y cada cosa que hago es mucho más larga aún porque no logro concentrarme, escribo a cada momento, lo que siento, lo que pienso y en cada cosa estás tú.

Pese a mi unívoca e inquebrantable (supuestamente) posición de estar solo, caí rendido, sin pensar, sin preguntarme, sin cuestionarme.

¿Porqué pasó?, ¿cómo fué?, que artera jugada del destino hizo que pases de ser la amiga incondicional a aquella mujer en que pienso y siento?



Tratas de que todo sea normal, es difícil y lo sé, comportarnos como si nada hubiese pasado, tratar de no ahondar en las pocas conversaciones y sobre todo yo, fingiendo que no me duele verte o hablar contigo. Al saber que nada volverá a ser igual me revuelvo en mí y lamento habértelo dicho.

¿Sabes? quizá no me dañara tanto todo esto sino hubieses dicho lo último, esas palabras resuenan hondo, y no me dejan tranquilo,

No tengo nada que pensar, lo siento.

Supongo que lo sientes, pero esas sencillas palabras me devuelven a la realidad, a esa realidad de la que fui testigo en tantas confidencias, de aquellos hombres que sufrieron tu indiferencia, de todos los que también soñaron contigo y te sintieron tan lejana, como yo ahora, a años luz de ti.

Esta iba a ser la primera canción que te hubiese regalado (al compás del piano de Mario en ese bar que tanto nos gusta), igual ya no será lo mismo, así que aquí te la dejo, por si algún día llegas a leer esto.

martes, 25 de marzo de 2008

Me explico....


"C" es mi mejor amiga (aún, creo). La conocí hace un año en un proyecto al que había invitado a participar unos amigos, entre los cuales estaba ella. En ese tiempo ella tenía novio y yo estaba con "A", nos caímos bien desde el primer momento, como se suele decir: "congeniamos", participó activamente en el proyecto y hasta fue mi catalizador en las tirantes relaciones que tuve con algunos miembros del equipo.

"C" y "A" llegaron a congeniar bastante y hasta tuvieron una larga conversación la última vez que "A" estuvo por mi casa por una reunión con el equipo del proyecto. Nunca supe con detalle de que trató la conversación, pero entre lo que pudo traslucir fue que "A" se sentía muy dolida por nuestra separación.

"C" terminó con su novio un mes antes que "A" y yo termináramos, y fue casi por las mismas razones, ya ella me había contado del desinterés que mostraba él y yo argüí que él la estaba perdiendo, que debía de luchar por lo que a uno realmente le interesaba (aún a sabiendas que yo no hice nada por mantener a "A" a mi lado) y que no se sintiera tan mal, porque si no demostraba interés, es porque al fin de cuentas no le convenía una relación de ese tipo. "C" lo tomó a bien, y a partir de esa conversación nuestra relación de amistad se fortaleció, tanto que cuando yo terminé con "A" la primera persona a quien acudí a llorar fue a ella.

Este último verano "C" y yo hemos estado bien cerca, un par de conversaciones via Gtalk por la mañana, intercambio de correos por la tarde, llamadas por teléfono casi todas las noches, (incluyen llamadas de fijo a fijo de 40 minutos a una hora) salidas por lo menos tres veces por semana, cafés, cine, paseos, conversar, y nada! es mostro pasar rato con ella. Me agradaba bastante, me hacía sentir bien y sobre todo notaba que también ella la pasaba mostro.

Con ella aprendí la gran calidez y buena onda que encierran los abrazos, porque así eran nuestros saludos y despedidas, con abrazos, uno de los cuales, justamente, inició esto. Hace mes y medio aproximadamente, luego de una abrazo largo de despedida que termino siendo un tanto incierto, comencé a sentir algo que no esperaba; simplemente pasó, se inflitró entre mis desordenados sentimientos y luchó contra todas mis razones para hacerse un espacio, uno tan grande que caló hondo en mi, uno que terminó subyugándome. A "C" le tenía un cariño especial, como amiga y compañera de desventuras, pero ese cariño se volvió más fuerte aún, y pese a mi intención de no estar con nadie y mucho menos enamorarme, pues caí rendido, nuevamente en este juego incierto. Pero la pregunta venía luego ¿Cómo hago para decírselo? ¿Debería hacerlo?

"C" tiene pretendientes y ella los minimiza escudándose en que por ahora no quiere saber nada con nadie (se supone que igual yo), es de suponer que mi papel como gran amigo y confidente me pone en ventaja ante todos ellos, puesto que yo dispongo de "mucha información" como aseguró ella hace poco. Bueno eso hace tenga una posición ventajosa al momento de decir o dejar de decir, actuar o dejar de actuar, pues bien, el domingo pasado vi la ocasión, en un momento bastante intimista y se lo dije.

Ahora hay silencio, ya no hay charlas largas, ni conversaciones virtuales, ni llamadas de media tarde diciendo "¿vamos al cine en la noche?!!!", ya no escucho su voz a través de mi celular y tampoco veo su tan particular escritura en las ventanas del Messenger, no la veo hace dos días y me parece eterno, extraño su delgada y larga figura, su sonrisa de niña, sus ojos expresivos, su cabello alborotado. su voz pequeña y tranquila diciendome "querido!"

¿Quisiera volver atrás?, ¿a hace dos días?, no lo sé, sabía el riesgo que corría y aún así aposté, lo malo es que aposté una suma muy importante, su amistad integra y valedera, y a la vez mi modo de ver la vida cuando me enamoro: a través de sus ojos.

lunes, 24 de marzo de 2008

¿Saben lo que es no pararse todo el día?

Estoy frente a la laptop desde las 9:00 de la mañana, y son las 11:25 de la noche, 23°C que parecen 28°C, revisando los correos cada 2 minutos y cayendo casi en la desesperación.

Actualizó su Facebook, sé que está como no conectada en el messenger y sé que no me va a hablar, sé que por decirle lo que le dije he malogrado una muy bonita amistad, sé que la cagué una vez más, pero no me importa porque lo único en lo que puedo pensar es en ella, y donde quiera poso la mirada o la mente está ella.

La quiero, indefectiblemente y real, la quiero porque ha hecho de mi lo que soy, porque me sacó del hoyo, porque estuvo conmigo cuando más la necesitaba, porque es la única persona en este mundo que me dice las cosas tal como son y no hace que pierda la paciencia, la quiero por ser como es, como ve las cosas y como me trata, la quiero porque es la única chica de 25 años con una madurez de 40 y una inteligencia de rectora universitaria, la quiero porque la quiero, y porque no me voy a perdonar perderla.

No es una niña, para nada, pero no puedo dejar de escuchar esta canción sin pensar en ella.



Sorry a todos, pero tenía que decirlo de algún modo. Para que entiendan todo este rollo realmente les ruego esperen un siguiente post.

lunes, 17 de marzo de 2008

Breve y fuga


Un día estaba cenando con mi hermano y su enamorada, valga decir que es mi hermano menor y que su flaca le lleva 6 años, conversábamos de cosas insulsas, hasta que hice un comentario un tanto tonto y superficial, tan así que ni lo recuerdo, cuando ellos se quedaron mirando y dijeron (casi al unísono)

Deberías conocer a "L"

Y sucedió el siguiente diálogo:

Mateo: ¿Quién es "L"?
Flaca del hermano de Mateo: Es mi hermana menor
Mateo: ¿Cuántos años tiene?
FDHDM: 28
Mateo: ¿Es delgada?
(mi tipo son las flacas pues, que le voy a hacer)
FDHDM: Bueno, está adelgazando, pero no es gorda, ya?
Mateo: A ver su Hi5...


Y bueno, me lo mostraron y como que las fotos no le hacían mucho honor, era bonita sin duda, pero no se le apreciaba en todo su esplendor (esperaba mínimo una en bikini) así que la cosa quedó ahí, no se comentó más del tema hasta que un día que íbamos a almorzar en la casa - huerta de mi abuela en las afueras de Lima, mi hermano me dice:

Le he dicho a mi flaca que lleve a "L"

¿Y porqué? o ¿para qué? pregunté yo, por supuesto que en silencio, muy para mí, pues la respuesta era obvia "para que se conozcan pues". La advertencia me la hizo mi hermano justo cuando salíamos, así que no tuve tiempo de arreglarme adecuadamente, acudí a esta "cita" vestido como para un día de playa cualquiera, short y sandalias.

Luego se dió el momento, "L" era realmente bonita, un poquito subidita de peso para mi gusto, pero digamos que bastante aceptable. Busqué la primera ocasión para poder conversar a solas...

Mateo: ¿Y qué tal?
"L": Bien y ¿tú?
M: tranqui, ¿y ese periódico?
(tenía el Comercio del domingo en las manos)
"L": ¡Ah!, es que estoy buscando comprarme un carro
M: ¡Ah manya! paja


Y bueno, comenzó a darme una cátedra de mecánica automotriz mezclada con modelos, carburadores, motores, placas, osea era Ramón Ferreyros quien hablaba y no "L". Quise cambiarle el tema varias veces, pero ella volvía a Toyota Yaris, Honda Civic, Cherokee, hasta le dije:

- Bueno, te presto atención pese a que de autos no entiendo mucho...
- Pero no te preocupes, te explico...

Y siguió la perorata, felizmente el almuerzo me salvó. Luego del extraordinario arroz con pato de mi tía, la conversación fue en grupo, con mis hermanos, su novia y esposa respectivamente, y de temas banales, graciosos e informales. Como estábamos en el patio ambos ("L" y yo) teníamos lentes de sol puestos, así que no sé si ella intercambiaba miradas conmigo, pero sentí, que mientras caía la tarde, decaía mi ánimo hacia ella.

Hice un último intento de acercamiento, claro que sin mucho entusiasmo, pero fue en vano... Creo que también se desilusionó o habían magnificado (su hermana y el mío) mis pocas virtudes.

Lo peor de todo es que no pude sacarle ni el teléfono, ni su correo, y hasta ahora sigo esperando que me acepte como amigo en el Hi5.

Sigo espectante, ya no por "L", pero no sé, uno nunca sabe... o ¿si?

lunes, 10 de marzo de 2008

Eres un tonto, tú tienes la culpa!



A mediados de febrero mi promoción de colegio tuvo un reencuentro bastante conmovedor, y es que pasados casi 18 años de haber salido de las aulas escolares, siempre somos pocos los que nos vemos las caras con frecuencia, pese a que tengo muy buenos amigos a los que veo a menudo, los reencuentros no sumaban más de 10 personas, y estas acababan muchas veces en borracheras memorables.

Esta reunión en particular fue reveladora por dos cosas: una fue que estuvimos cerca a 20 integrantes de la prom, y dos porque conocí a "S". Luego de los abrazos, recuerdo de anécdotas, de muchos "¡estas igualito!" y mucha chela, reparé en "S" la hermana menor de una buena amiga y compañera de prom. Lo raro del asunto es que yo siempre había escuchado hablar de ella, sobre todo a mi hermano menor, con quien (por coincidencia) compartió carpeta en mi mismo cole.

Como a las 2:00 am, comencé a conversar con "S", la saqué a bailar y hasta me aventuré con una salsa de Marck Anthony (pese a que yo no bailo nada de ritmos latinos) "S" estuvo radiante, aprensiva, abierta y sobre todo pudo hacer lo que nunca pudo mujer alguna en mi vida: llevarme el paso, a ritmo de "que cosa tiene el cielo, que alguien me lo diga". Hablamos bastante, pese al volúmen de la música, y casi no nos separamos hasta que el tono fue enmudenciendo cerca de las 6 de la mañana. Fue en ese momento cuando el alcohol hizo presa de mi, y en un juego de manos inicialmente tonto, nunca me di cuenta que observada de fuera, la escena que vivíamos indicaba un intento de sobrepasarme, por lo que reaccionó muy incómoda, dejándome sólo en medio de la sala, y con una verguenza de trágame tierra.

llegué a mi casa gracias al pronto auxilio de otro buen amigo, quien vive cerca y me dejó en la puerta, previo Caldo de Gallina, justo cuando el reloj daba las siete de la mañana. Me acosté con dolor de cabeza, la sensación etílica encima y una muy incómoda sensación en el alma.

El lunes siguiente le envié un mail, con un ensayo de disculpas recontra sincero (que no sé de donde me salió) y adjuntado una imagen algo infantil que insinuaba el lugar del corazón, ese sitio que quise señalarle en ella, con mis manos la otra noche. Demoró dos días en contestarme con un escueto "espero que ya se te haya pasado", entonces pese a que en mi mail había una invitación a salir (que no contestó) cogí el teléfono al día siguiente y la llamé.

Conversamos cerca a una hora de bobadas, generalidades, del cole, de su trabajo, del mío, de tonteras en suma, hasta que me mandé y la invité a salir el sábado próximo, me dijo:

S: Voy a estar ocupada toda la tarde, y fácil regresaré cansada
Mateo: Si quieres te llamo en la tarde y de acuerdo a eso, vemos
S: Ya, mostro, me llamas.

El sábado siguiente salimos en la noche, yo estaba cansado y un poco desganado, pero pese a ello quería verla, recordaba la congenialidad que habíamos tenido en la fiesta antes del roche alcohólico. Cuando salió de su casa parecía otra, se le notaba bien distante, no se había arreglado mucho, y la verdad sufrí una pequeña desilusión, salimos a caminar e inciamos una conversación que versó entre mis disculpas repetidas, las cosas que me gustaban, el como veía la vida, y hasta el porqué había terminado con "A". Ah! ¿sobre ella? ¡NADA! Nunca conocí mujer más cerrada, mas a la defensiva y sobre todo con demasiada franqueza para decir las cosas.

Sentados en un café de San Borja, toqué (y no sé porque, supongo que por que ya lo veía como una cita perdida inevitablemente) uno de los temas más espinosos: el porque no me llegué a casar con "A". Sostengo, hasta ahora, que para casarse si es ese el deseo de ambos, pues no importa el lugar, los vestidos, las cenas, los invitados ni la familia, sino el hecho mismo: ¡casarse!. Y que por querer tener la boda perfecta "A" nunca hizo caso a mis arranques impetuosos de "vamos a la municipalidad y casémonos!!!", "S" escuchó mi relato, hizo un mohín y sentenció con toda su autoridad de abogada:

Eres un tonto, por eso te dejó ¡tú tienes la culpa de todo!

¿Mencioné anteriormente su excesiva sinceridad? Bueno, eso me choca, si no se lo aguanto a mis amigos, (claro exepto a "C", luego les hablaré de ella) menos a "S" con quien salía por primera vez. ¡Fue un desastre! Lo que interiormente me desanimó bastante puesto que no sé a causa de que extraña razón, cifré esperanzas en alguien que definitivamente no era para mi.

E insisto, no quiero nada con nadie.

Por eso, mejor le hago caso al maestro Calamaro:

sábado, 8 de marzo de 2008

China... hereje


Siempre pensé que no se podían separar el sexo y el amor. Es por eso que siempre reservé mis momentos de intimidad para aquella persona con la que de me sintiese comprometido sentimentalmente. Y así fué siempre, hasta que pasó con "R".

"R" es mi compañera de universidad, recuerdo que cuando nos conocimos nos caímos muy mal; a mi me disgustaban sus disfuerzos y a ella mis poses de sabiondo, pero pese a esos desentimientos, al final de la carrera nos hicimos muy buenos amigos, tanto que algunas veces rompíamos la barrera y terminabamos besándonos en los pasillos, en los patios, y en los parques. Siempre puse las cosas en claro, entre nosotros no podía pasar nada más que eso, porque entendíamos que nuestros carácteres diferentes terminarían haciendo daño a una eventual relación. Además ella está muy alejada a mi tipo ideal de chica.

Cuando estuve a punto de comprometerme más de la cuenta en esas salidas con "R" fue que conocí a "A". Y fue luego de unas pocas semanas cuando les contaba entusiasmado a mis amigos de la universidad de mi nueva relación, cuando percibí lo afectada que se mostraba "R", luego me enteré que se había enamorado de mi, y lo estuvo mucho tiempo, por años.

"A" era realmente celosa, y casi me "prohibió" que viera a "R", cosa que yo acepté, puesto que no quería incomodar mi nueva relación, además fue cuando me enteré lo que "R" sentía por mi, por lo que decidí alejarme.

No sé que rara relación quedó flotando entre nosotros, pues cada vez que peleaba, discutía, o me sentía mal por algo causado por "A", recurría a ella, como amigo claro, por lo general eran largas conversaciones telefónicas, muchas al filo de la madrugada. Luego, decidí alejarme por completo, porque hace un par de años al salir de una fiesta, presa del exceso de alcohol (supongo) ella aseveró:

Aún me gustas mucho...

Me alejé para evitar problemas, porque (aunque suene muy falso) cuando estoy con alguien soy un hombre muy fiel, cosa rara hoy en día, pero yo soy así, y mientras más alejado me econtrara de la tentación, pues seguiría plantado en mis principios.

Volví a encontarme con "R" hace unos meses, casi casualmente. Por supuesto ella estaba un tanto molesta conmigo por mi alejamiento, porque ella me consideraba aún, uno de sus mejores amigos. Salimos, conversamos harto, hasta le conté mi reciente separación y terminamos caminando de la mano por las calles de San Miguel. Luego, fueron otras salidas, cines, paseos, tragos, hasta que, indefectiblemente pasó lo que pasa cuando una pareja está muy entusiasmada y pasada de copas.

Hasta hoy, a un par de meses de lo sucedido (que ha vuelto a suceder con regularidad y prolija periodicidad) nos preguntamos ¿qué clase de relación es esta? "R" no está enamorada, ni siquiera ilusionada por mí, es más, suele emocionarse bastante por un pata que la afana, y yo pues, salvo los momentos gratos que de por sí tienen estas cosas, no me siento ni siquiera atraído por ella. Eso sí nos ha servido para curar viejas heridas, y sobre todo "fortalecer" nuestra "amistad".

No sé si esto es sano, o bueno, trato de no pensar en ello, porque sé que no encontraré respuesta. Sólo espero que cuando decida dejar atrás estas cosas, ella no reaccione tan mal, como hace casi 6 años, cuando yo iniciaba con "A", y que dijo:

Me siento una idiota, ¡Como he perdido el tiempo contigo!.

jueves, 6 de marzo de 2008

Porqué se fue, porque murió!


"A" es bonita. Tengo que decirlo por más subjetivo que suene, es una chica un tanto insegura, pero con un carácter fuerte y aguerrido. Pero volviendo al tema físico es una morena delgada, unos preciosos ojos marrones claros que pueden volverse verdes si ella está muy alegre, y tiene un porte bien paja cuando camina con su andar de gacela. ¿Fue por eso que me enamoré? Fácil que sí, en ese tiempo yo tenía 28 y ella 22, fue lo más aceptablemente mágico que suelen ser los inicios y a la vez tortuoso al saber que ella no vivía permanentemente en Lima y que tendría que regresar al sur a terminar su carrera.

Hoy, ella ya es licenciada, tiene un novio que es "el más dulce del mundo" según sus palabras, hace lo que siempre quiso, es decir, juerguear todos los fines de semana (verano Asia, invierno Aura) ir a cenar al Friday's todos los días y tomar loche en el San Antonio, every day también, un seguro compañero con buena chamba y cuñada querendona, yo por mi parte estoy solo, sigo trabajando en lo mismo, salgo poco o nada los fines de semana, ando con las cuentas vencidas y la bolsa exigua.

Hace unas semanas hablé con ella, gracias a la magia del Messenger:

Mateo: ¡Hola morena!, ¿cómo estás?
A: ¡Hola!pues estoy feliz!
(¡Feliz! no recuerdo haberle escuchado de ese estado cuando estábamos)
Mateo: Mostro! que bueno que estés bien
A: Más que bien te diré ¿y tú?
Mateo: (mi frase preferida) Tranqui
A: ¿Y estás saliendo con alguien?
Mateo: ¿Te debería decir?
A: ¡Claro!, somos amigos ¿no?


No sé, pero creo que NO DEBO contarle nada a ella, sobre lo que haga o deshaga, ¿verdad? Yo me entero de su vida porque lo publica en sus nicks, o en el diario del Hi5 (por cierto borró antes que yo, el album de nosotros, los fives y comentarios que le hice) y lo hago gratuitamente, pese a que hace 3 meses tuve un bajón y estuve como idiota rondándola.

Cuando uno sufre un shock emocional de pérdida, pasa por diversos estadíos, primero la negación total, luego la aceptación dolorosa, y finalmente la asimilación con tintes de conformismo, pues bien este es el orden lógico pero no siempre se da de ese modo, a mí me pasó lo tercero en primer lugar, luego lo primero, finalmente la aceptación, aunque ahora me encuentro en un estado alpinchista total con respecto a ese tema.

Lo nuestro no duró lo que duran dos cubos de hielo en un wiskhy on the rocks, sino más bien como un etiqueta azul sin abrir, y pese a que siempre tuvo la frente muy alta, la lengua muy larga y la falda muy corta no demoré en aprender a olvidarla 19 días (es más aún no la olvido ni lo haré jamás) pero cada noche que he vivido a veces son mas largas que 19 juntas.



¡Y se acabó! esa morena linda de mis querencias murió para siempre jamás, y yo sólo espero que todo sane totalmente para el día (espero muy lejano) que me la llegue a encontrar, abrazarla fuerte y poder decirle sin una pizca de amor reprimido:

Cómo estaaaaaaas??!!!!

sábado, 1 de marzo de 2008

Así estoy bien, ¿gracias?



Sí, estoy soltero después de 5 años de vida común, anillo en el dedo y muchos planes truncos de matrimonio. "A" y yo terninamos por esa común razón basada en la cotidineidad y la costumbre, y no es sólo que ella y yo trabajáramos en la misma oficina, sino que sólo nos faltó muy poco para iniciar una convivencia, es más yo sólo dormía en mi casa, nada más, eso ahondó la costumbre de estar cada día más cerca hasta llegar a no soportarnos.

Esto pasó hace unos meses y la idea de escribir esto es que quiero compartirlo, y leerlo luego para no perder la memoria de lo malo, bueno, bello y horrible que pasé, irremediablemente esos días, pero sobre todo porque es bueno llevar la cuenta de los ratos y encontrar en ellos, razones para seguir adelante, de una forma o de otra.

Además quiero saber (y convencerme de ello) que no soy el único marciano al que le pasan estas cosas, tan complejas como las relaciones que uno establece con el sexo opuesto cuando está solo.

"A" tiene novio ahora, pero ese es tema para otro post, tanto así que me sentí bien identificado con la tan mentada teoría del "perro del hortelano", a varios meses de haber terminado me comporté simplemente como el buen idiota que suelo ser a veces.

Y nada, bienvenidos a este espacio, desvestidor de cuitas, y muchas historias